Fundación Costa

Sabemos que los caficultores que cultivan para Costa Coffee son una parte esencial de nuestro negocio, ¡sin ellos no podríamos inspirar al mundo a amar el buen café!

Muchas comunidades productoras de café están situadas en zonas rurales remotas de algunos de los países más pobres del mundo. Los niños de estas comunidades suelen tener un acceso limitado o nulo a la educación.

La Fundación Costa** se creó en 2006 para apoyar a los habitantes de estas comunidades mediante la construcción de escuelas para ofrecer una educación de calidad a los niños.

Sabemos que la educación puede cambiar la historia de la vida de un niño, por lo que la Fundación Costa tiene una gran visión: luchar contra la pobreza en las comunidades productoras de café.

10 países diferentes del cinturón del café se benefician ahora de un proyecto escolar de la Fundación Costa, entre ellos Colombia, Uganda y Vietnam.

La Fundación Costa apoya a estas comunidades sin esperar nada a cambio. Esto significa que a menudo ayudamos a los agricultores de zonas donde no podemos comprar su café.

Estos extraordinarios logros sólo son posibles gracias al entusiasmo y el compromiso de nuestros equipos en la recaudación de fondos para la Fundación Costa. Y nuestros clientes y proveedores también contribuyen significativamente con su continua generosidad.

Nuestro objetivo es recaudar unos 21,5 millones de euros para la Fundación Costa.

Proyecto escolar en Colombia

La violencia y la falta de oportunidades de empleo en su hogar obligaron a la familia de Melisa a buscar alternativas en diferentes partes de Colombia. Ahora Melisa asiste a la escuela de Anatoli con otros miembros de la familia, donde no sólo puede estudiar las asignaturas tradicionales, sino también adquirir conocimientos vitales sobre el cultivo del café. Asistir a la escuela ha ayudado a Melisa y a su familia a sentirse una más en la comunidad.

Melisa dice: "He crecido con el café, así que sé mucho sobre él. Gracias a la escuela, aprendí sobre los negocios y especialmente sobre el café, y un día mi familia decidió convertirse en cafetera. Pudimos alquilar un terreno de cinco hectáreas y lo llamamos Finca La María".

Así, Melisa forma parte del afortunado, aunque desgraciadamente todavía reducido, grupo de niñas y mujeres que pueden participar activamente en el negocio.

En 2017, la finca familiar de Melisa produjo su primera cosecha de café. El duro trabajo que realizaron para preparar la tierra, plantar las semillas, cuidar las plantas de café y luego cosechar los granos finalmente dio sus frutos. Su café fue incluso seleccionado para participar en el prestigioso concurso Taza de la Excelencia de Colombia y quedó en segundo lugar.

Melisa nos dijo una vez: "Hoy creo que como mujeres podemos conseguir grandes cosas. El hecho de que podamos vender nuestro café a muy buen precio no sólo ayuda a nuestra familia a alcanzar nuestros objetivos, sino que, sobre todo, demuestra que la educación, el esfuerzo y la perseverancia tienen su recompensa. Y que podemos ser una inspiración para otras mujeres."